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Disciplina Finanzas Personales

La disciplina de las finanzas personales

De la misma manera en la que las organizaciones tienen una disciplina financiera, también es necesario tenerla en las finanzas personales.

Aplicar en el ámbito personal y familiar distintos conceptos y metodologías, conllevan certeza y muchos beneficios para el análisis del flujo de efectivo, el endeudamiento, la inversión, la relación riesgo – rendimiento, los instrumentos o vehículos financieros que se utilizarán y por supuesto el manejo de presupuestos; todo esto es necesario para definir con mucha certeza los objetivos a lograr, las etapas, el plan financiero y su instrumentación para el seguimiento, así como revisar los avances progresivos mediante ciertos indicadores que nos permitirán su evaluación y ajustes.

En las finanzas empresariales también llamadas finanzas corporativas, se consideran múltiples variables, la más importante, los flujos de efectivo generados, al que se suman los plazos de las inversiones, el capital de trabajo, los activos y pasivos, así como la relación riesgo – rendimiento.

Para analizar los flujos de efectivo desde un punto de vista estratégico, se considera la situación competitiva y económica del mercado y de la industria en donde se tienen operaciones, también se consideran las capacidades organizacionales en las que se pueden enlistar las administrativas, financieras, contables, comerciales, operativas, logísticas, tecnológicas y por supuesto, al talento, que en conjunto, todas estas capacidades permiten generar y administrar el flujo de efectivo resultado de la operación del negocio.

Sin duda, siempre habrá amenazas y oportunidades que definan caminos seguros y de riesgo, pero es parte de la gestión de las finanzas el saber afrontar y abordar lo necesario utilizando análisis de escenarios y presupuestos, considerando en todo momento garantizar la continuidad operativa tanto en el corto, mediano y largo plazos.

Para esto, se utilizan distintos vehículos financieros para aprovechar el potencial de crecimiento de la empresa en claro beneficio de sus stakeholders (sus interesados) y principalmente de sus stockholders (sus accionistas).

Y así, de la misma manera en la que las organizaciones tienen una disciplina financiera, también es necesario tenerla en las finanzas personales.

Aplicar en el ámbito personal y familiar distintos conceptos y metodologías, conllevan certeza y muchos beneficios para el análisis del flujo de efectivo, el endeudamiento, la inversión, la relación riesgo – rendimiento, los instrumentos o vehículos financieros que se utilizarán y por supuesto el manejo de presupuestos; todo esto es necesario para definir con mucha certeza los objetivos a lograr, las etapas, el plan financiero y su instrumentación para el seguimiento, así como revisar los avances progresivos mediante ciertos indicadores que nos permitirán su evaluación y ajustes.

En el ámbito personal, lo que necesitamos es contar con un plan de largo plazo que debe ser definido lo antes posible, mismo que nos asegure que el dinero estará ahí para el momento en que lo necesitemos, esta es la esencia de construir un patrimonio. 

El objetivo de las finanzas personales es contar con diferentes vehículos financieros que integren el portafolio patrimonial, como son: inversiones, ahorro bancario, bienes raíces, seguros de ahorro, seguros de vida y seguro de gastos médicos mayores.

No hay que olvidar la importancia de tomarle el pulso a la situación mundial no solo económica sino geopolítica, ya que sus circunstancias tienen efectos e impactos locales, que serán reflejadas tanto en las finanzas de la empresa como en las personales.

Es importante resaltar que, si las decisiones financieras en la empresa no resultan del todo acertadas, siempre hay alterativas que permiten maniobrar y salir de los baches, porque las organizaciones trascienden a las personas, normalmente hay personas que entran, otras que salen y otras que permanecen, pero las decisiones financieras que toman las personas y sus impactos o consecuencias buenas o malas quedan en el ámbito de la entidad legal, incluyendo su disolución. Pero, por el contrario, en las finanzas personales, somos cada uno de nosotros los artífices del destino, por lo que las decisiones que tomemos o no tomemos nos repercutirán a nosotros.

Por lo tanto, si en nuestra situación personal, no tomamos decisiones a tiempo (la edad avanza), o no tomamos decisiones informadas, probablemente no tendremos un patrimonio al llegar a la vejez, o probablemente no tengamos la oportunidad de usar parte de ese patrimonio para reponernos de un desempleo o de una crisis, costándonos entonces, mucho tiempo y esfuerzo salir de los baches. 

Bien dicen algunos especialistas que muchas decisiones son tomadas con base en los sentimientos y la intuición, pero serán mejores decisiones si son tomadas con premisas de análisis de información con perspectiva estratégica y de riesgo. Al final de cuentas, seremos capaces de avanzar en nuestros objetivos financieros transitando por los altibajos de los efectos globales y locales, por lo que al final del tiempo, tendremos rendimientos positivos en el largo plazo y sobre todo, contaremos con un patrimonio.

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